Los dos gigantes del sector de paquetería, UPS y DHL, están pugnando por hacerse con la mayor cuota de mercado en la entrega de paquetes con drones. El acuerdo que UPS ha establecido con Zipline y la versión 3.0 del Parcelcopter de DHL son la carta de presentación de ambas empresas para imponerse en el mercado.

Zipline, una empresa de entrega de paquetes con drones, ha desarrollado en Ruanda un programa para la entrega de medicamentos y sangre a los hospitales de la zona. Este proyecto ha despertado el interés de UPS y ha invertido 800.000 dólares en él. Con esta colaboración, ambas empresas planean comenzar con las entregas a 21 centros médicos del país a finales de 2016. Se espera que se puedan realizar 150 entregas a los centros médicos cada día.

El CEO de Zipline, Keller Rinaudo, asegura que el es4tado del terreno en África, en determinados momentos del año, dificulta el reparto de medicinas con medios convencionales. Sin embargo, con los drones no habría que esperar a que hiciese buen tiempo ni preocuparse por el terreno. Zipline usa drones de ala fija porque pueden volar más rápido y durante más tiempo que los cuadricopteros y otros drones multirrotor.

Si tiene éxito en Ruanda, la alianza Zipline-UPS podría considerar expandir el proyecto a otros países, más allá del continente africano. Se ha escogido Ruanda por su menor tránsito de aeronaves y control del espacio aéreo, en comparación con otros países, como podría ser Estados Unidos. Un país donde existe un mayor control del vuelo de RPAS, el cual es llevado a cabo por el máximo organismo de aviación civil, la FAA.

Por su parte, DHL se ha puesto en marcha para perfeccionar su sistema de reparto con drones, creando una nueva generación de dispositivos para este cometido. Esta nueva línea de aeronaves no tripuladas ha sido probada en Alemania, durante tres meses. Período en el que 130 envíos autónomos han sido realizados con éxito.

Las entregas se han hecho en una region alpina con grandes variaciones de altitud y condiciones meteorológicas. Cada vuelo del denominado Parcelcopter cubre una distancia de ocho kilómetros y debe volar a zonas a más de 1.200 metros de altitud. En tan solo ocho minutos desde su despegue el paquete está entregado. Son trayectos que un coche tardaría más de media hora en realizar.